Quizás, llevas años acumulando productos en el baño con la etiqueta “para piel sensible” pensando qué es lo que pudiste hacer mal en otra vida.
Pero, ¿y si te dijéramos que tu piel no es sensible sino que está sensible?
No es una pregunta metafísica complicada, aquí la diferencia entre “ser” y “estar” puede cambiar muchas cosas.
El quid de la cuestión: tipo vs. estado.
Nos ponemos un poco nerdies (pero solo un poco, prometido) para derribar este mito:
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TIPO de piel: es genético, te viene “puesto” y solo puede variar ligeramente, con los años, por causas como la edad, las hormonas, etc.
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ESTADO de la piel: es temporal. Es tu piel comunicándose contigo, contándote cómo se siente (por causas internas o externas).
Y ahora la pregunta del millón…
Entonces… ¿Es la piel sensible un tipo de piel o un estado de la misma?
Los tipos de piel son cuatro, como The Beatles (o Blackpink para las más jóvenes).
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Piel grasa |
Con producción acrecentada de sebo. |
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Piel seca |
Con menos producción de sebo que la piel “normal”. |
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Piel mixta |
Un mix de las dos anteriores. |
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Piel eudérmica (aka piel normal) |
Aquella cuyas partes hidrófila y sebácea están equilibradas. |
¿Notas algo? ¡Sorpresa! La piel sensible no es un tipo de piel sino un estado pasajero de hiperreactividad de la misma.
Lo que significa que puedes tener la piel seca y tenerla sensible. Igual que con la piel grasa o mixta. Incluso las pieles eudérmicas puedes tener sus pequeñas crisis (nadie es perfecto).
Por eso, al tratar la sensibilidad de tu piel como algo permanente solo estás poniendo “parches”. Sin embargo, al entender que es un estado se vuelve reversible, es decir, puedes ponerle solución. ¡Aleluya!
¿Cuáles son las causas de que mi piel esté sensible?
Lo habitual es que si tu piel está en modo “alerta roja” es porque la barrera cutánea está dañada, ha bajado las armas y los elementos externos se lo están pasando en grande irritando las terminaciones nerviosas.
Las causas más comunes de generar este pequeño caos suelen ser:
Factores físicos
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Clima (cambios de temperatura, viento, radiación UV…)
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Polución.
Factores químicos
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Exceso de limpieza. Usar limpiadores agresivos que se cargan el manto hidrolipídico (la capa protectora que recubre la superficie de la piel).
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Sobre-exfoliación. Hay que exfoliar en su justa medida y con los ingredientes óptimos para tu tipo de piel.
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Cosmética con ingredientes puaj. Alcoholes, ftalatos, parabenos, perfumes sintéticos…
Factores internos
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Estilo de vida. El ritmo de las ciudades, una mala alimentación, estrés, falta de contacto con la naturaleza…
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Deshidratación. ¡El agua es tu mejor amiga!
Patologías dermatológicas
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Rosácea, acné, dermatitis atópica, eccema de contacto… Patologías que a veces son causa y a veces síntomas que derivan del desequilibrio de tu piel. Muchas veces esto lleva a buscar solución en productos que aumentan este desequilibrio. Vamos, la pescadilla que se muerde la cola.
Importante: Nunca te autodiagnostiques, consulta siempre con tu dermatólogo para que pueda indicarte el tratamiento más adecuado para ti.
¿Cómo ayudamos a la piel cuando está sensible a volver a un estado óptimo?
¡Operación rescate! Para recuperar tu piel necesitas trabajar en equipo con ella, nutrirla de forma sana y contar con algo de pa-ciencia (vaya juego de palabras, ¿eh?)
Plan de acción
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Reparar la barrera cutánea. ¡Aquí no pasa nadie que no esté en lista! ;)
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Reequilibrar la microbiota. Es decir, cuidar de las bacterias beneficiosas que protegen la piel.
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Calmar la inflamación. ¡Alto el fuego!
Recuperación y equilibrio: dale a tu piel lo que necesita
Como siempre, estamos aquí para darte los conocimientos necesarios que te permitan elegir con libertad, incluso si eso supone decantarte por otra marca. Pero si quieres una solución eficaz y honesta, nuestra filosofía de formulación está pensada específicamente para recuperar y mantener el equilibrio de los sistemas naturales de tu piel. Por eso es tan piel sensibilizada friendly (comprobado en test dermatológicos, claro).
En Natur Cosmetics creemos que más vale calidad que cantidad. Nuestro catálogo está compuesto, únicamente, por 4 productos estratégicamente formulados para activar la inteligencia natural de tu piel.
Así que, si tu objetivo es rescatar a tu rostro de ese estado tan reactivo y mantenerla sana con el paso del tiempo, ¡esto es un match!
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Elegir un buen limpiador es clave cuando tu piel está sensible.
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Nota: El cuarto mosquetero, el Peeling exfoliante Elysse, es genial para renovar tu piel de forma inteligente y amable, pero en casos de piel sensibilizada recomendamos que empieces con Claire, Lume y Vitale hasta que se calme.
Conclusión: escucha a tu piel y háblale bonito.
Tener la piel sensible hoy no significa que vaya a estar así para siempre. Deja de luchar contra ella y empieza a cuidarla con consciencia y desde la raíz.
¿Lista para dejar de decir “tengo una piel sensible” y pasar a “tengo una piel sana”?
